5 semanas de campamentos, 35 días, 800 nuevos amigos y amigas. Echando la vista atrás nos parece casi un milagro haber llegado hasta aquí. Han sido cinco semanas intensas, agotadoras y también fantásticas, sintiéndonos privilegiados de poder disfrutar de estas montañas mágicas. Un verano más, la sombra de la covid-19 ha planeado por encima del campamento, pero a pesar de todo, hemos llegado al final de las colonias y hemos disfrutado de cada paso, de cada salida a caballo o con la bici, de cada baño.
Puede que justamente esta amenaza o las limitaciones de movilidad que hemos vivido el último año y medio nos han hecho aprovechar aún más cada día de campamentos. Unos días llenos de juegos, diversión, anécdotas y aprendizajes que nos llevamos para lo que queda de verano.
Pero tranquilos, que esto aún no se ha terminado. Aún nos queda verano. Verano para revivir todo aquello que hemos hecho y aprendido. Para mostrar a madres y padres, amigos y amigas todo lo que hemos hecho durante los campamentos. ¿Recuerdas la prueba del huevo volador? ¿Probamos de lanzarlo más alto a ver si lo conseguimos? ¿Cómo se llamaban los lagos que íbamos cerca del campamento? ¡Ah, sí, los Estanys de la Pera! ¿Queréis que vayamos de excursión?
¡No paramos, seguimos divirtiéndonos, aprendiendo y disfrutando de lo que nos queda de verano!
Queremos agradecer a todos los padres, jóvenes, niños y niñas por su buena predisposición en un año que no ha sido fácil. Los tests de antígenos antes de empezar la semana, las llamas de contacto estrecho y tener que volver a casa. A todos y todas, y especialmente a aquellos que habéis visto vuestra semana de campamentos interrumpida, ¡os esperamos el año que viene con muchísimas ganas!
